sábado, 3 de septiembre de 2011

Espadas sin caballeros.


Los pétalos eran arrastrados entre las nubes por el viento,
Las hojas eran arrastradas por el suelo, y otras por el arroyo.
El mensaje de la bruja viajaba por agua, tierra y aire.
En la torre la princesa fue envuelta en remolino de colores.
La princesa se afligió de dolor al recibir la noticia, todas las tropas habían caído.
Todas sus espadas en el suelo dormían sabiendo que no volverían a ser blandidas por sus caballeros.
Los gorros rojos sabían que ya tenían un nuevo lugar que habitar.
La princesa bajo corriendo la torre y subió a su corcel con su armadura.
La bruja monto su dragón y fue al encuentro de la princesa.
Espadas sin caballeros, caballeros durmientes. En un bosque sangriento yacen.
Caballeros valientes que con honor han aceptado el gélido beso de la dama oscura.
Duermen bajo los rayos de la luna.
Espadas solitarias descansan en el campo de batalla esperando algún día volver a ser blandidas por sus dueños.
Espadas durmientes al igual que sus caballeros, esperan una ultima batalla.
La princesa y la bruja le darán venganza a aquellos corazones valientes que ahora las acompañan desde las estrellas.
A un ejército de monstruos sedientos de sangre se enfrentaran. Ambas van a la cabeza de un ejército invisible. Desde la tierra ellas lideran a un ejército que se encuentra en el cielo.
Los monstruos las esperan ansiosos, sus estómagos se regocijan esperando el banquete.
Una llamarada cubre el campo de batalla, la bruja salta del dragón en pleno vuelo y como un halcón la bruja planea.
La princesa se enviste contra la muralla de armaduras y blande su espada con furia.
La princesa con su espada y la bruja con su magia vengan a los corazones valientes que por ellas y por sus tierras murieron a manos de tales bestias.
Una batalla desigual, desigual para los monstruos que carecen del intelecto.
Cegados por la violencia que corría por sus venas subestimaron a dos princesas.
Su brutalidad no les permitió ver que se enfrentaban a la princesa guerrera y a la bruja del bosque.
La bruja planeo sobre  mil las fauces babosas y con su magia la hierba los arrastro a las profundidades.
La princesa desgarro las armaduras más resistentes, y desgarro el oscuro corazón de más de un monstruo.
Las estrellas se unieron y con su luz cegaron a los monstruos.
Espadas que no volverían a ser blandidas volvieron a una última batalla.
Corazones valientes han sido vengados y ahora duermen con una sonrisa.
Ardnajela Ricle.

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