sábado, 4 de febrero de 2012

Donde los frutos mortales crecen.

Un día el sol se oculto tras las colinas de la tierra media.
Un día bajo el manto de colores del crepúsculo el se fue.
Monto en su corcel y dejo a la pequeña bruja.
Desde ese día una canción se escucha en el viento.
Buscadme donde los arcos tienen asiculas.
Buscame donde los frutos mortales crecen.
Buscadme bajo el árbol más antiguo.
Buscadme donde los bastones mágicos crecen.
Buscadme donde la madera es rojiza.
Mientras las nubes se teñían de rosa y naranja, el corcel y su jinete dejaron la tierra media.
Un día la bruja camino por el bosque en busca de madera para su arco.
Tarareando la canción que el viento le susurraba, busco aquel árbol que los guerreros usaban.
Tarareando la bruja también decidió buscar madera para su nuevo bastón.
Tarareando la bruja también busco palillos para la adivinación.
Saludo al Fresno, al Avellano, al Sauce.
La hierba acaricio sus pies y unas hojas de Roble acariciaron su rostro.
Se interno en el bosque cantando.
Buscadme donde los arcos tienen asiculas.
Buscame donde los frutos mortales crecen.
Buscadme bajo el árbol más antiguo.
Buscadme donde los bastones mágicos crecen.
Buscadme donde la madera es rojiza.
Cansada de caminar se sentó bajo la copa de un árbol
Acaricio sus hojas, y al extraño árbol que extendía su copa sobre su cabeza le susurro.
Tu eres aquel de madera rojiza?
Del árbol cayeron ramitas, la bruja las miro.
Del árbol cayeron arcos, bastones, palillos y frutos mortíferos.
Del árbol una puerta se abrió.
Del árbol un caballero salio.
Oh! Mi querida bruja al fin me has encontrado.
Has encontrado la puerta al otro mundo.
La bruja desgusto aquel extraño fruto, se colgó el arco en el hombro.
De la mano el caballero y la bruja atravesaron el portal.
Unidos por la magia ambos viajaron a un mundo nuevo y mágico.
Unidos por la magia ambos atravesaron al Taxus Baccata.

Ardnajela Ricle.

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